viernes, 18 de abril de 2008

Bette Davis: « La extraña pasajera »

La extraña pasajera
Now, Voyager

1942
Director Irving Rapper
Reparto Bette Davis, Paul Henreid, Claude Rains, Gladys Cooper…




Duración 117 min

Charlotte Vale es una mujer de mediana edad de una familia acomodada de Boston. Reprimida y totalmente controlada por su dominante e insensible madre, Charlotte consigue, ayudada de un amable psicoterapeuta, recuperar la autoestima y superar sus miedos, convirtiéndose en una mujer mucho más extrovertida y que se siente más atractiva. Intentando disfrutar de su nueva vida, se embarca en un crucero por América del Sur, donde conocerá a un apuesto arquitecto infelizmente casado.

No era muy habitual en el Hollywood de los años 40, que las actrices interpretaran mujeres físicamente feas. Este papel fue rechazado por muchas por este motivo, sin embargo Bette accedió encantada. Estaba en la plenitud de su carrera y aquello no era ningún inconveniente para ella, sino todo lo contrario.

Además, Bette encaja muy bien en esta historia del patito feo que se convierte en cisne, porque resultaría más creíble que la fea se convierta en guapa pero no en un bellezón. Bette sale en el principio sin maquillaje, bueno, sin maquillaje que la haga guapa y se utilizaron rellenos para que pareciera un mujer regordeta y desdejada.

Físicamente el personaje evoluciona y al mismo tiempo, en la interpretación de Bette vamos viendo como también evoluciona mentalmente, sacando a flote su propia personalidad. Nos ofrece un personaje emocionante, llego de calidez y matices, que capta la compasión del público.



La estupenda Gladys Cooper interpreta a la dominante madre de la protagonista. El personaje le sienta como un guate. Está perfecta y entre las dos actrices logran una poderosa competencia en sus actuaciones.

Una de las escenas más recordadas de la película es en la que Paul Henreid enciende dos cigarrillos al mismo tiempo y le ofrece uno a Bette. No sólo ya es una escena clásica sino que nos refleja el grado de compenetración entre ambos, lo que pueden y lo que no pueden tener.

En la sociedad puritana de aquel entonces, aparecieron muchos detractores que criticaban que una mujer pudiera ser feliz teniendo un buen psiquiatra y un amante. ¡Qué inmoral! Sin embargo la película fue un gran éxito porque proporcionó una gran fantasía a millones de mujeres. Quizás muchas se decidieran a vivirla después de ver esta maravillosa película.



'No pidamos la luna cuando tenemos las estrellas'




3 comentarios:

C. dijo...

A mi esta pelicula me encantò!! De hecho cuando empezaste a poner peliculas de Bette, esta la puse a bajar hace días, a ver si este finde la vuelvo a ver...

un besin!!
Car

lola dijo...

Me encanta la escena del enfrentamiento de Charlotte cuando regresa a casa y la madre se empeña en seguir dirigiéndola, y le ordena que se ponga no se que vestido.
Saludos!

Manderly dijo...

Carmen, ya sé que tu viste unas cuántas de Bette. De eso me encargué yo!! Ja, ja, ja..

Besinos.

Lola, si esa es una de las escenas claves de la película!!! Además las dos están fantásticas!!! Y ese tipo de relación madre-hija tampoco debe ser del todo 'deshabitual'.

Saludos.